Jamás había visto una pelea de box. Es un deporte que no considero ser tal, ya que el objetivo es causarle daño (cerebral, en muchos casos) a otro ser humano.
En mi opinión, es a lo menos, una falta de inteligencia.
Como sea, es tanta la publicidad y el alboroto por la llamada “pelea del siglo” que la vi entera.
No sé nada de boxeo pero, ví un problema de estrategia que vale la pena analizar
Lo que hizo Pacquiao – por quien tengo más simpatía – fue lo lógico: atacar, atacar y seguir atacando.
Es evidente que intentó noquear a su contrincante y lo dio todo. Esa actitud le valió el apoyo y adhesión de la mayoría de los presentes: era el tipo bueno, esforzado, humilde y trabajador que lo daba todo, hasta la última gota de sudor.
Por otra parte, Mayweather, con la arrogancia que lo caracteriza, se limitó a usar una sola estrategia: ganar por puntos. Jamás intentó ganar por nocaut, solo se preocupó de obtener los puntos que obligara a los jueces a darle un triunfo.
Casi no atacó y su arma táctica fue el contragolpe: si lo atacaban, respondía bien. En el fondo, Pacquiao dio el 100% y Mayweather no.
El ganador: Mayweather.
En los negocios sucede lo mismo
Básicamente, tenemos dos opciones:
- Dar hasta la última gota de sudor, como Pacquiao.
- Intervenir en el 80/20: las 2 o 3 cosas que definitivamente nos generan el resultado.
El primero, es el camino del esforzado, el que trabaja todo el día y en todo momento. El camino del filipino Pacquiao.
El segundo, el camino del flojo, el oportunista que busca la bisagra que permite cambiar su negocio con el mínimo esfuerzo. El camino de Mayweather.
Si Pareto hubiera presenciado la pelea, habría apostado por Mayweather: con foco en lo poco, el boxeador obtuvo mucho.
Cuando a Mayweather le criticó un periodista que su triunfo fue deslucido por no haber intentado noquear a su oponente, respondió: “Soy un boxeador calculador”.
Yo soy como Pacquiao: ¿y tú?
Es obvio que ambos boxeadores se entrenan con un rigor espartano cada día de su vida. Lo que cambia es su aproximación, su estrategia para abordar la pelea decisiva. Su estrategia para ganar.
Yo me identifico con Pacquiao: tiendo a darlo todo, a jugármela por entero. Y esto me lleva a mirar, con sorpresa, cómo otros tipos menos trabajadores o menos jugados, obtienen más, al estilo Mayweather.
¿Cómo lo logran? Con más foco, menos actividad.
A los Pacquiao nos va bien, porque al final, todo esfuerzo consistente y entusiasmo en la hora decisiva, tiene una recompensa. Es algo natural.
Pero a los Mayweather, que buscan con frialdad quirúrgica el punto de inflexión, la variable crítica, la restricción o el ángulo que resuelve el problema, sufren menos y ganan muchísimo más.
El 20% de las variables explica el 80% del resultado, dice Wilfredo Pareto. Cada día, debo hacer un esfuerzo enorme para concentrarme en el 20% que definitivamente causa impacto. No es fácil, pero al menos es posible si uno toma consciencia.
¿Y tú? ¿Eres un Mayweather o un Pacquiao?
